La Dirección General de Competencia, Consumo y Control de Fraude francesa (DGCCRF, en sus siglas en francés), dependiente del Ministerio de Economía, ha publicado esta semana su informe anual sobre las prácticas engañosas en la venta de aceite de oliva en Francia.
Según la propia DGCCRF, Francia importa más aceite del que produce (el 70% de los aceites de oliva que se consumen en el país galo provienen del extranjero). Sin embargo, el análisis, que ha tenido en cuenta cerca de 350 establecimientos, ha revelado que el 8% de los aceites no indica el país de origen en su etiqueta.
En total, el informe ha encontrado un 46% de infracciones entre los establecimientos tenidos en cuenta (un 57% en el ejercicio anterior), por lo que ha aconsejado a los consumidores “estar atentos” y ser “escépticos” ante aceites más baratos.
Asuntos más problemáticos
La DGCCRF ha encontrado varios “puntos preocupantes” en lo que respecta a la venta de aceite de oliva, éstos se relacionan con la calidad, el etiquetado y la tergiversación de la información.
En lo que respecta al etiquetado, en la mayoría de los casos el fraude consiste en descripciones incompletas o redactadas exclusivamente en idiomas extranjeros; así como en etiquetar indebidamente el origen del aceite para sugerir que posee cierta Denominación de Origen cuando no es así, que proviene de Francia, o provocar ambigüedad mediante la expresión “distribuido por” seguida de la dirección de un operador francés que distribuye un aceite extranjero.
Asimismo, la DGCCRF ha alertado del “abuso” de expresiones como “sin aditivos artificiales” o el empleo de expresiones no permitidas como “fruité noir”, “fruité médium” y “fruité à l’ancienne” y de otras injustificadas como “rico en Omega 3” o “sin colesterol”.
El informe ha encontrado también irregularidades en la indicación de la fecha de caducidad, que se fija en los 18 meses a partir de la fecha de envasado.
Malos resultados también en el laboratorio
En cuanto al análisis físico-químico de los aceites en el laboratorio, el informe ha analizado 143 muestras, de las que sólo el 30% fue calificada como “conforme”, el 22,4% presentó defectos leves y criterios físico-químicos ligeramente inferiores a los establecidos a nivel europeo para cada categoría de aceite de oliva y el 46% no logró cumplir con los criterios organolépticos europeos.
Por Laura G. Rueda.